Foto de Marcela Grobet; Río Cuautla

Se termina 2020, un año por demás difícil, lleno de acontecimientos dignos de causar sobresaltos, por decir lo menos, y el secuestro de la amígdala en algunos momentos. ¿Pelear, huir o no moverse? Ésta fue nuestra pregunta recurrente.

En mi caso, el Covid se alineó con algunas tristezas, como la muerte de mi madre, pero me hizo también reaccionar y, antes de quedarme impávida o salir corriendo, me enfrenté a los cambios que se avecinaban. Gracias, hermanos y hermanas, a veces es este tipo de sacudidas las que se necesitan para salir del estado de confort.

Comencé a dar clases en línea, me encontré con Rachel Marie Pailing y me certifiqué como Neurolanguage Coach®, así como Facilitadora Digital de Aprendizaje Acelerado, Cooperativo y Experiencial con las enseñanzas de Fernando Sánchez Arias y todo su equipo. Muchísimas gracias.

También me mudé a Cuautla, Morelos. Ha sido todo un reto encontrarme casi totalmente sola, alejada de mi familia y solamente platicando con ellos por chat o videoconferencia. Sin embargo, conté siempre con la mano amiga y el oído que siempre está dispuesto a escuchar, Gracias a todos y todas por estar al pendiente de mí, estar cerca, ayudarme a vivir esta experiencia de “año sabático”, que ha sido muy enriquecedor.

Comencé a aprender portugués. Gracias a mi Coach Bianca Mela por tu tiempo, tus enseñanzas y tus palabras de aliento. Contigo me di cuenta de que, a pesar de mi edad, puedo seguir aprendiendo pues contamos con la neuroplasticidad y la neurogénesis. Espero en 2021 retomar nuestras sesiones, ¡pues el portugués brasileño me encanta!

Tuve muchos y muchas aprendices y coachees. ¡De ellos y ellas he aprendido tanto! (A veces me pregunto quién aprende más: si ellos de mí o yo de ellos.) He aprendido a escucharlos activamente, a ajustarme a sus necesidades y metas, a observar, callar y hacer preguntas poderosas, a respetar sus silencios y a brindarles el conocimiento cada vez más amigable. Y muchas lecciones de vida. Muchas gracias a todos ustedes, ¡los quiero!

Han sido muchas personas las que han pasado por mi aula durante 40 años en esta actividad. Unas han permanecido poco tiempo, otras han sido fieles a mí durante varios años. Sin embargo, este blog va con una dedicación muy especial a tres coachees a quienes finalmente les digo “gracias, hasta pronto”, porque han logrado cumplir sus metas y es tiempo de que sigan aprendiendo inglés por su cuenta.

Daniela, muchas gracias porque en el poco tiempo que estuviste conmigo me di cuenta de lo que significan las metas claras: ¡lograste tu promoción en el trabajo en tan poco tiempo! Tal vez algún día vuelvas a tomar sesiones conmigo y sigas perfeccionando tu inglés y creciendo en tu trabajo, porque sé que como ser humano cada día que pasa te esfuerzas por ser mejor.

Eduardo, gracias infinitas por este año de aprendizaje contigo. Llegaste a mí por recomendación, buscando aprobar una certificación que te pedían en tu empresa para poder irte a trabajar a Estados Unidos. La pandemia cambió esos planes, pero lograste aprobar tu examen y ahora estás trabajando con un equipo estadounidense utilizando el inglés a todo lo que da. ¡Enhorabuena!

Sandra, te agradezco muchísimo que hayas permanecido conmigo tanto tiempo, desde que apenas podías decir algunas cosas en inglés hasta ahora que estás en medio del doctorado, leyendo más en inglés que en español; ¡tanto así que ya te comentaron que en tu escritura en español se nota la influencia de la lengua inglesa!

Daniela, Eduardo, Sandra: seguramente tendré por ahí algo más que aportarles en cuanto al idioma, pero es momento de que tomen su propio cauce y sigan fluyendo. Siempre estaré aquí si me necesitan.

Hasta pronto, queridos coachees y, sobre todo, amigos. Me dejan un vacío en mi agenda, pero mi corazón henchido de orgullo, satisfacción y cariño.

Gracias, 2020, y bienvenido 2021. Deseo que todos y todas nos portemos mejor contigo para que tú nos trates un poquito mejor y nos traigas amor, paz y abundancia.