¡Ya me vi! La magia de la motivación
Desde que comencé mi preparación como profesora de inglés hace ya 40 años, en repetidas ocasiones he oído hablar de la motivación, eso que mueve a una persona a adquirir algún conocimiento nuevo, sea cual fuere éste: aprender a manejar un vehículo, aprender un nuevo oficio y, por supuesto, aprender un nuevo idioma. Ya que mi área es el aprendizaje del inglés, me enfocaré en esto.
Si estás pensando en aprender o mejorar tu inglés, la primera pregunta que debes plantearte es para qué. ¿Te interesa la cultura de algún país angloparlante? ¿Quieres conseguir un mejor empleo o te lo piden en tu empleo actual? ¿Piensas estudiar en el extranjero? ¿Te piden algún tipo de certificación para continuar tus estudios universitarios o de posgrado? Éstas son sólo algunas de las razones por las cuales la mayoría de los adultos quieren aprender inglés, cuando menos aquí en México y me atrevería afirmar que en Latinoamérica. Sin embargo, en este artículo intentaré que vayamos un poco más allá de estos motivos por demás genéricos.
Comencemos por lo que hasta ahora tal vez haya bloqueado tu aprendizaje. Georgi Lozanov, en su libro titulado Suggestology and Suggestopaedia, Theory and Practice (Sofía, Bulgaria, 1978), menciona que “a menudo el proceso educativo se convierte en un factor inhibidor y que sólo causa dolor”; seguro conoces el dicho ‘la letra con sangre entra’. Asimismo, Lozanov habla de la idea social generalizada de que tenemos capacidades limitadas; frases como ‘no todo mundo es bueno para los idiomas’ rezan también por ahí. De esta forma, poco a poco se va instalando en el cerebro el temor a aprender, la vergüenza y la falta de confianza en nosotros mismos. “El alumno no sólo debe ser liberado de estas barreras, sino convencerse que este miedo no tiene justificación. La confianza en sus propias capacidades de aprender debe crecer constantemente y así la instrucción se convierte gradualmente en autoaprendizaje.” (ídem, p. 28)
La mayoría de los profesores y de los institutos de idiomas se quedan en la primera etapa de la motivación: eres adulto y seguramente ya te has dado cuenta que lo necesitas para tu trabajo o estudios.
—Bienvenido al salón de clases. Hoy hablaremos de deportes —dirá el profesor o la profesora—.
—¡Pero a mí ni me gustan! —pensarás tú—.
—No importa, es la lección de hoy, abran su libro en la página 36 —continuará la profe como si te hubiera leído la mente—.
¡Cuántas veces he tenido que pasar por esto! Y no es que leamos la mente; vemos sus rostros, sentimos el aburrimiento en su tono de voz, escuchamos más allá de sus palabras.
Cuando comencé a enseñar inglés con Aprendizaje Acelerado y escribí mi programa A Discovery Voyage, aprendí que la palabra ‘sugestión’ tiene una connotación negativa para algunas personas: lo entienden casi como ‘lavado de cerebro’ y, hasta cierto punto, el mal uso que se le ha dado a la Programación Neurolingüística en el área de ventas es el responsable de esta situación. Sin embargo, sugerir es proponer que la otra persona haga una elección de entre un amplio rango de posibilidades o estímulos, lo cual logrará revelar su reserva de capacidades, aquellas que aún no se han manifestado. Sugerir estimula los intereses específicos, las percepciones, la actividad intelectual, la creatividad, la participación con un propósito específico y, por lo tanto, la motivación. ¡Pero cuidado! Las sugerencias deben venir más bien del aprendiz (o coachee). El facilitador (o coach) puede ayudar, claro; pero su papel más bien es prestar oídos, escuchar activamente para dirigir, inspirar y proporcionar un acompañamiento eficiente y efectivo. Es así como tu Neurolanguage Coach® te ayudará a explorar, a ir más allá de esas razones genéricas de las que hablábamos al principio; juntos encontrarán esa meta específica, medible, alcanzable y realista que lograrás en un plazo determinado.
Para concluir, me gustaría contarte una experiencia reciente. Hace poco comencé a acompañar a una chica en su aprendizaje de inglés con Neurolanguage Coaching®. Digamos que está en un nivel intermedio, pues se comunica con soltura, aunque tiene varios errores en la estructura del idioma ya que lo aprendió básicamente durante su trabajo en un crucero, en un ambiente internacional, forzada a darse a entender entre compañeros de muchas nacionalidades y lenguas distintas. Se acercó a mí porque ahora tiene la posibilidad de lograr una promoción en su trabajo, para lo cual debe hacer una presentación en inglés. Su primera meta específica fue “hacer una buena presentación de mi persona, mis logros en el puesto actual y mis objetivos en el puesto que me ofrecen”. ¡Bien! Hemos estado trabajando en ello durante algún tiempo, puliendo su estructura y su pronunciación. Pero en una de las últimas sesiones que tuve con ella, tuvimos esta conversación:
—¿Cómo sería tu vida diferente en tu nuevo puesto si tuvieras un inglés perfecto?
—Me ganaría un viaje en un crucero; ¡ahora sería yo la que estaría sentada a la mesa disfrutando la comida con cubiertos, vasos y platos impecables!
—¿Podemos usar esta imagen para recordarte qué te motiva a aprender inglés?
—¡Claro! ¡Ya me vi!
Foto: Sergey Sh (editada)
5 comentarios en "¡Ya me vi! La magia de la motivación"
Wow! Cuánta razón tienes. Hemos aprendido Inglés sin motivación. Nunca había reflexionado en lo importante que es verse para llegar más lejos de lo que quieres alcanzar.
Qué bien escribes. Saludos!
Gracias, saludos!
Muy cierto, Aline. Muchas gracias por comentar.
Great text, dear Marcela!
About motivation, can you believe that there are some specialists and writers saying that motivation simply doesn´t exist?? That you should just go there and do?
It makes no sense to me at all. Motivation is part of everything, even if you don´t realize it. There´s always a very good reason for a person to do anything.
And when we recognize our motivation to do things we do them with much more pleasure and meaning.
Thanks, Bianca! I totally agree with you, motivation is the fuel that keeps us running! Greetings to Brazil.